Hoy 26 de enero se conmemora un año del trágico accidente que le cobró la vida al baloncetista Kobe Bryant, su hija Gigi y otras siete personas, Vanessa, esposa y madre, reconoce que «nunca entenderé por qué».
«Nunca entenderé por qué/ cómo esta tragedia podría haber pasado a seres humanos tan hermosos, amables e increíbles. Todavía no parece real», dijo Vanessa al compartir una carta de uno de los mejores amigos de su hija.
Y es que aquel trágico día el mundo le dio su último adiós una leyenda del baloncesto, luego de que el helicóptero en el que viajaba sufriera un terrible accidente aún no esclarecido.
Ese día que aún cuesta creer Kobe tenía que dirigir un encuentro de su Mamba Academy, equipo en el que competía su hija Gianna y como de costumbre lo hicieron en su helicóptero junto a otras familias y compañeras de juego.
Pero ese día infernal, las condiciones climatológicas de aquella mañana obligaron al piloto a mantener una altitud más baja de lo habitual.
Los controladores del tráfico aéreo mantuvieron contacto constante con el vehículo pero un cambio de turnos en la torre complicó las cosas.
Pocos minutos después, el aparato informó de su ascenso por encima de la cordillera que tenía delante. La gran masa de nubes hacía difícil la visibilidad del trayecto y el piloto buscó más altura para sortear la sierra.
Sin embargo, ante la ausencia de un sistema de alarma clave en el helicóptero, el choque fue inevitable. Distintos testigos confirmaron que vieron al aparato intentando ganar altura pero la visibilidad era tan limitada que hasta el departamento de policía había dejado su flota aérea en tierra aquel día.
El helicóptero se precipitó a una velocidad de casi 30 kilómetros por hora y chocó contra una colina, quedándose a apenas diez metros de librar su parte más alta.
Y de allí surgió al noticia que enluteció al mundo deportivo, Kobe Bryant falleció.
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